Estética,
arquitectura y filosofía. . .Un trastorno hacia la mente triunfadora del futuro
A que podemos referirnos con esto, ¿porque considerarlo un
trastorno? , Porque comenzar un ensayo con un título así?, que se puede decir,
básicamente es mi opinión sobre estas 3 palabras, podríamos considerarlo
trastorno porque estos conceptos nos hacen reaccionar de distintas formas de
acuerdo a la realidad, uno puede estar loco para imaginar algo majestuoso que
podría cambiar la vida de una generación, o cambiar el futuro de la vida como
la conocemos, podemos llegar a la fama a partir de una idea que pudimos obtener
en un momento de inconciencia, algo que pudimos percibir en un sueño, o incluso
ante una alucinación creada por nuestra esquizofrenia, quien sabe, somos inconscientes
de lo que creamos? O quizá haya algún significado para alguien que crea, y los
demás lo perciben en sus sentidos como algo magnifico. ¿Acaso somos artistas?,
tenemos la intención de ser uno?, o cual es nuestra relación hacia esto sí solo
queremos construir nuestro futuro en una vivienda, hay muchas preguntas que me
llegan a la mente por estos conceptos, y sobre todo por el “¿Qué pasara?”
relacionándolo con ellas; el pensar en todo esto me trae a la mente infinidad
de posibilidades, donde puedo convertirme en alguien que hará historia en un
futuro , o terminare conformándome con el presente, incluso podría terminar con
una protuberancia cerebral por esforzarme más de lo necesario, si fuera posible
claro.
Entonces. . . ¿cuál
es nuestra función? . . .¿ acaso es crear una herramienta que atraiga los
sentimientos afectivos de las personas, y reflejarlo en una idea de concreto?,
o quizá sea el infectar a la sociedad con una inexplicable sensación positiva y
afectiva hacia nuestras creaciones, es decisión de cada persona el elegir el
futuro de sus pensamientos, habrá quienes decidan dar más importancia a las
intenciones propias, y ser el único que acepte y ame su trabajo, posiblemente
las personas se lleguen a interesar en alguien así, a pesar de la sociedad
hipócrita y falsa del presente, como sea uno nunca puede pescar la atención de
los demás. Si hiciéramos esto ¿cómo podríamos atrapar el triunfo que estamos
tan cerca de alcanzar? Quizá dependemos más de las personas que de nosotros
mismos para considerarnos victoriosos o triunfadores.
Si optamos por una 2da opción donde nuestros ideales sean
el complacer a las personas, siempre poniéndolos a ellos sobre nuestra propia
vida, dándoles satisfacciones y ser la persona más aclamada y buscada de la
ciudad, podríamos ser triunfadores?, quizá lo somos, pero no en todos los
sentidos de la palabra, tendremos el éxito, pero careceremos de la satisfacción
o el amor hacia lo que hacemos; esto lo aplico en mi propia experiencia a base
de trabajos pasados no necesariamente de estos temas, y en mi mentalidad claro, pues no soy el
líder de las mentalidades de compañeros y personas que comparten esta labor
llamada arquitectura.
Puede haber personas que disfruten el perder su vida por
complacer a los demás, el perder los ideales, la personalidad e imagen por algo
que te acerque al triunfo, quien sabe, al final de todo en este mundo la gente está
enferma, y hará lo que sea necesario para llegar al poder, al triunfo, a la
victoria, eliminando los obstáculos por cualquier alternativa posible, En mi
opinión me considero de la primera opción, quien necesita la fama, uno es
famoso cuando él es su mejor juez, siempre habrá críticas, que tal vez sean
ciertas, y lo correcto debería ser el aceptarlas y buscar la solución, pero eso
sería volver a complacer a la gente, sin embargo si decidiera ignorar críticas
e insultos hacia mis creaciones, podría ser la persona más odiada de la ciudad
por desperdiciar espacio en construcciones que toda la población odia, a tal
punto de preguntarme,¿ porque lo hago?, comenzar a dudar de mis instintos y
caer en un trastorno depresivo., ¿todo esto por defender mis ideas?, acaso para
encajar en esta vida hay que optar por la falsedad? , ¿Este es el destino de un
arquitecto?, en algún momento habrá que escoger un bando supongo.
Esto se está saliendo un poco del tema principal, quizá
debí ponerle un título más como “encrucijada de ideales” o algo así, pero ahora
es tarde para volver, y a pesar de todo, lo ya escrito sigue hablando de
trastornos o pensamientos que varían de lo correcto, con el fin de alcanzar el
triunfo de nuestro futuro, siendo arquitectos lográndolo por la imagen estética
de nuestras creaciones.
¿Acaso los viejos grandes creadores tuvieron este tipo de
problema? ¿Se lo preguntaban también?, o solo siguieron dibujando y construyendo…
creo que es a lo que todos llegamos cuando nos hartamos de pensar, solo tomamos
nuestro 4h y seguimos dibujando, y al hacerlo vienen a nuestras mentes muchas más
preguntas.
Quizá un mundo más fácil para un arquitecto seria uno donde
las personas no pudieran opinar, ni demostrar una emoción hacia las creaciones,
y solo usarlas por su funcionalidad, y no habría una victoria que alcanzar como
arquitectos, solo estar feliz, creando viviendas que la gente tenga que aceptar
porque no pueden opinar, y solo crear diseños que nos agraden a nosotros
mismos, sin embargo eso sería una locura, incluso un odio hacia la sociedad, lo
que me crea un trastorno en mi forma de pensar, dándome una facilidad por el
sacrificio de otras, sin embargo, volviendo a la realidad, las personas son las
que nos hacen volvernos locos, deformando y demoliendo nuestras ideas poco a
poco para adaptarla a la creación perfecta para ellos, mientras que nosotros
sacrificamos tiempo y sueño para lograr esto.
Con todo esto creo que puedo decir que queda claro por qué
considero un trastorno estos conceptos, o como mínimo uno donde incluyo los
demás, gracias a la arquitectura podemos adoptar locura, caer en depresión o
tener una ira hacia la sociedad, pero no todo es negación, gracias a estas
ideas podemos ver lo positivo y sentir una gran satisfacción al obtener lo
contrario, crear un dibujo que será difícil de imaginar, cuando la sociedad la
acepte podremos sentir una gran alegría, estar satisfechos por un trabajo
impresionante y recordar todo el martirio que fue lograrlo, considerar al
cliente como exigente en lugar de difícil, imaginar nuestros días de trabajo
como un sacrificio, y al final, poder ver el trabajo perfecto. Podríamos
considerar a eso victoria, a menos hasta que comiencen las criticas como
habíamos mencionado, pero al final de todo quizá hay más tipos de victoria, no
existe el triunfo perfecto, esto se podría dividir en muchas metas que
alcanzar, y nuestro objetivo debería ser el marcar el mayor número posible, y
así continuar nuestro futuro como arquitectos en esta sociedad.
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